El Council of European Energy Regulators (CEER) examina los principales desafíos de la movilidad sostenible para el sistema eléctrico y las palancas de acción para superarlos.
La expansión de vehículos eléctricos (VE) requiere de una infraestructura de carga eficiente y accesible en la que los reguladores garanticen su implementación a un coste controlado y a un ritmo que cumpla con los objetivos europeos. Así, el marco regulatorio para los operadores de red y los métodos utilizados para calcular las tarifas de la red tendrán que cumplir con los requisitos de la transición a la movilidad eléctrica.
Asimismo, la movilidad eléctrica desempeña un papel esencial en la transición hacia energías renovables y la descentralización de la capacidad de producción de energía. De hecho, la investigación resalta que, para facilitar la integración de la movilidad eléctrica en el sistema, se deben dar incentivos adecuados para optimizar la ubicación y la conexión de la infraestructura de carga, así como para cargar en el mejor momento posible en relación con los costes del sistema. Todo ello demanda de una elevada flexibilidad en los sistemas eléctricos que los reguladores deben asegurar para que la movilidad eléctrica se integre eficazmente en la descarbonización del transporte, minimizando su impacto en el sistema y maximizando su contribución a la flexibilidad energética.
El informe recuerda que la movilidad eléctrica cambia las expectativas de los consumidores, por consiguiente, los reguladores deben promover su participación en el mercado, al tiempo que garantizan una información comprensible y un alto nivel de servicio en toda la Unión Europea. Para ello, se sugiere que las autoridades reguladoras adapten la regulación existente o introduzcan nuevas reglas para garantizar una protección adecuada al consumidor en el mercado de vehículos eléctricos (transparencia de costes y facturación al cargar en casa o en un espacio público).
El informe concluye destacando el importante papel de los reguladores de energía en la movilidad eléctrica, como parte esencial de la transición energética europea. Al abordar los desafíos en la infraestructura de carga, la integración en sistemas energéticos y las expectativas del consumidor, los reguladores pueden allanar el camino hacia un futuro más sostenible y eficiente en términos energéticos y de movilidad en Europa.
