Taxonomía para la financiación sostenible

Desde que la Comisión Europea lanzara, en marzo de 2018, su Plan de Acción sobre finanzas sostenibles para lograr que el sistema financiero apoye acciones que contribuyan a los objetivos climáticos y medioambientales, uno de los aspectos más sensibles y al que se le está dedicando mayores esfuerzos es a la clasificación de las actividades económicas con criterios de rentabilidad según su contribución a la consecución de dichos objetivos. Ahora, acaba de publicar un informe técnico con una primera taxonomía de actividades, sin duda una herramienta de gran utilidad para inversores, empresas y promotores de proyectos encaminados hacia una economía baja en carbono, resistente y eficiente en recursos

El informe técnico sobre la taxonomía de la Unión Europea lo ha elaborado un grupo compuesto por 35 miembros y más de 100 asesores y observadores de los mercados financieros, la industria, la ciencia y la sociedad civil. El propósito de este informe es proveer los detalles técnicos sobre cómo debería ser la taxonomía y describe los criterios y umbrales de mitigación climática para 67 actividades en 8 sectores, que son responsables de más del 90% de las emisiones de Europa.

La taxonomía, uno de los desarrollos más significativos en finanzas sostenibles, pretende definir qué tipo de inversiones podrán o no considerase sostenibles y evitar de este modo el famoso greenwaching o ecopostureo. Delimita una seria de umbrales de rendimiento con el propósito de especificar si las actividades económicas contribuyen considerablemente a uno o varios objetivos ambientales de la Unión Europea (mitigación del cambio climático, adaptación al cambio climático, protección de los recursos hídricos y marinos, transición a una economía circular, prevención y control de la contaminación, protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas), no causan ningún perjuicio significativo al resto de objetivos medioambientales y, por último, satisfacen determinadas garantías mínimas como por ejemplo los principios de la ONU sobre empresas y derechos humanos.

En referencia al diseño de la taxonomía, el informe de expertos recomienda una mayor atención a las actividades que permitan una contribución sustancial a la mitigación del cambio climático y aboga por un reglamento especifico en la definición de las actividades de transición. El informe resalta también la necesidad de considerar las implicaciones de todo el ciclo de vida de una actividad económica, así como no limitar la taxonomía a actividades “verdes” ya que no será eficaz para alinear los mercados financieros con los objetivos de París. Así pues, uno de los comentarios recurrentes que ha recibido la Comisión durante todo el proceso de revisión es la inclusión de actividades perjudiciales para el medio ambiente, también conocida como “taxonomía marrón”.

En resumen, la publicación de la taxonomía significa un avance notable hacia los objetivos de la Agenda 2030 de la Unión Europa ya que, de momento, representa el sistema de clasificación más completo de las actividades económicas sostenibles al proporcionar un lenguaje común sobre inversiones con un impacto ambiental positivo.

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