Las ciudades albergan a más de la mitad de la población mundial y consumen entre el 60% y el 80% de la producción total de energía del mundo. Estos centros urbanos son, por lo tanto, responsables de dos tercios de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI). Según las proyecciones, las ciudades podrían llegar a albergar hasta el 70% de la población mundial. El peligro inminente del cambio climático hace que garantizar la seguridad y la calidad del suministro energético para prestar servicios urbanos utilizando los recursos del planeta suponga un enorme reto en cuanto a nuestra capacidad de gestionar la sostenibilidad energética desde el enfoque local para llegar al enfoque global.
En este sentido, debido al aumento de la concentración de la población urbana, las ciudades tienden a ser representativas del consumo de energía y de la sostenibilidad energética de sus países; por tanto, la sostenibilidad energética depende del comportamiento del consumo energético de la población urbana. Paralelo al objetivo de resolver los problemas medioambientales mediante el uso de recursos energéticos renovables en instalaciones de generación descentralizadas, desde las urbes se ha buscado optimizar el sistema energético y flexibilizar su funcionamiento a través de la estrategia conocida como Smart City. Sin embargo, ante el aumento de la demanda y la necesidad de obtener un suministro energético limpio e ininterrumpido, la sostenibilidad energética urbana depende de que el consumidor aproveche el despliegue tecnológico de las Smart Cities.
En este marco, en base a estudios publicados previamente en investigaciones científicas sobre la participación del consumidor en el sistema eléctrico, la electrificación y el autoconsumo energético en 183 ciudades del mundo, este informe aborda el potencial de la sostenibilidad energética de las ciudades en el marco de la estrategia Smart City. Las conclusiones destacan que la sostenibilidad energética no es inherente a las Smart Cities: depende de la participación de los consumidores. Por lo tanto, la efectividad de las Smart Cities debe abordar el diseño de incentivos para la participación de la población desde un enfoque holístico y estar vinculada a la heterogeneidad de los consumidores y a la gestión eficiente de los recursos. En el documento se discute la importancia de las ciudades en la transición energética para posteriormente describir los mecanismos disponibles a su contribución, y finalmente presentar el potencial de las ciudades en la sostenibilidad energética.