El pico de la demanda de petróleo a nivel mundial: ¿cuándo está previsto?

A pesar de que el cambio de paradigma en el sector energético afectará, sin duda, a la demanda de petróleo en el largo plazo, en las dos próximas décadas esta demanda todavía se mantendrá estable, surgiendo la cuestión sobre para cuándo se prevé superar el pico de la demanda de crudo y cuál puede ser el impacto esperado en la evolución de largo plazo del precio del petróleo en los mercados internacionales. Precisamente son estas dos cuestiones las que abordan un destacado elenco de investigadores del prestigioso Oxford Institute for Energy Studies (OIES).

El sector del petróleo se enfrenta a importantes cambios en el futuro que auguran un menor crecimiento de la demanda y un cambio de paradigma en su explotación. Detrás de estos augurios se encuentra la irrupción del vehículo eléctrico (VE) o la idea más genérica de que tanto la descarbonización de la economía como la mejora de la calidad del aire en las ciudades inevitablemente tendrán un impacto sobre la demanda de petróleo. Por este motivo, distintos analistas se preguntan cuándo llegará a su máximo la demanda de petróleo a nivel mundial y cómo será su evolución a partir de este momento.

Este artículo intenta demostrar que este enfoque sobre los cambios en los mercados de petróleo es equivocado. Se considera extraordinariamente difícil predecir cuándo la demanda de petróleo llegará a su techo puesto que en los modelos actuales pequeños cambios en los supuestos e hipótesis planteadas arrojan horizontes muy dispares – con picos de demanda que podrían ser de aquí 5, 10, 15 o 20 años-. Lo que es más importante aún es la evolución de la demanda una vez llegue a su máximo ya que es muy probable que se estabilice lejos de las predicciones en las que algunos auguran una caída drástica en su consumo. El petróleo continúa manteniendo importantes ventajas sobre otras fuentes energéticas, siendo difícilmente sustituible en determinados usos energéticos, que determinarán su uso en el futuro.

Sin embargo, el foco sobre el famoso peak oil debería fijarse en el cambio de paradigma que supone para el propio sector. Antes, cuando se hablaba de este concepto todo el mundo pensaba en la evolución de las reservas existentes y hasta cuándo podrían permitir continuar con el ritmo de consumo existente. Ahora, en cambio, se acepta que existen cantidades abundantes de petróleo que difícilmente consumiremos y se deberán quedar en el subsuelo. Este cambio en el sector tiene dos importantes implicaciones: por un lado, cómo va afectar a los precios a largo plazo esta nueva situación de abundancia y por otro, plantea un nuevo escenario mucho más competitivo en el que el poder de mercado que ha ejercido la OPEP hasta ahora puede verse en entredicho. Este cambio de paradigma será especialmente importante para aquellos países productores de petróleo que dependen en gran medida de sus ingresos para mantener equilibradas sus cuentas públicas. Esto puede provocar alteraciones que eviten que el precio del petróleo se reduzca al mero coste de extracción, pero las tensiones deflacionistas sobre los precios en este paradigma de abundancia parecen la tendencia a futuro.

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