¿Una oportunidad para rediseñar la movilidad hacia una mayor sostenibilidad y resiliencia?

La urbanización experimentada en las últimas décadas ha posicionado la sostenibilidad de las ciudades como uno de los grandes desafíos. Asimismo, tras el impacto del COVID-19, las iniciativas y proyectos de transporte urbano, bajo la nomenclatura MaaS (Mobility As a Service), presentan importantes oportunidades para rediseñar una nueva movilidad donde deberá coexistir el binomio sostenibilidad y distanciamiento social. En este sentido, el informe de la Florence School of Regulation (FSR) analiza los principales retos que debe afrontar el sector del transporte ante la profunda transformación que la economía global está experimentado a raíz de la pandemia mundial.

Tal y como pone de manifiesto el informe, si bien las áreas urbanas pueden dar acceso a importantes oportunidades sociales y económicas, también han planteado nuevos desafíos relacionados con la congestión del tráfico, la contaminación del aire y el ruido y los sistemas de transporte ineficientes. En este contexto, el cambio hacia ciudades más inteligentes y habitables impone una responsabilidad particular en el sector del transporte, que representa una cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea y que es un contribuyente significativo a la contaminación perjudicial para la salud en las ciudades.

A su vez, al desafío de la sostenibilidad que presenta el sector del transporte desde hace años se le unen ahora los retos de la pandemia y, por consiguiente, la necesidad de ofrecer un transporte seguro donde prevalezcan las estrategias de distanciamiento social implementadas para frenar la propagación de la pandemia. En este sentido, el informe sostiene que la pandemia puede revelar nuevas oportunidades y actuar como un catalizador para el despliegue de soluciones MaaS.

De hecho, la pandemia, tal y como se desprende del informe, ya ha generado nuevas formas de pensar y de mover tanto a personas como a bienes. Las partes interesadas de la industria han demostrado un alto grado de creatividad al reinventar sus modelos de negocio. Por otro lado, los usuarios del transporte también han roto sus hábitos. En consecuencia, en las últimas semanas, las principales áreas metropolitanas de todo el mundo han registrado una mejor calidad del aire y menores emisiones. Asimismo, el estudio resalta que la llegada del Covid-19 ha actuado para amplificar el requisito de datos estandarizados, de alta calidad y a tiempo real; condición previa para hacer realidad la MaaS. El acceso a varios tipos de datos de movilidad mejora la visibilidad de las autoridades sobre sus territorios, lo que permite, según los autores, orientar mejor las políticas.

Finalmente, el estudio defiende que al combinar la “oferta” de movilidad con la “demanda”, los operadores de MaaS pueden optimizar el uso de la infraestructura de transporte y la eficiencia general del sistema de transporte. Esto, a su vez, se traduce en numerosos beneficios socioeconómicos y ambientales, como una reducción de la congestión, una mayor productividad, menores emisiones y una mejor calidad del aire, menos accidentes de tránsito y una huella urbana más pequeña para el estacionamiento.

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