La Comisión Europea apunta la relevancia del hidrógeno renovable en su nueva estrategia para alcanzar la neutralidad climática. En este sentido, acaba de presentar las principales oportunidades de inversión en la cadena de valor del hidrógeno en el informe “Hydrogen generation in Europe: Overview of key costs and benefit”.
El informe destaca que, aunque en el pasado hubo cierto interés en el hidrógeno, no se acogió con suficiente entusiasmo. No obstante, la rápida transformación tecnológica, la disminución de los costes de las energías renovables, así como la urgencia climática de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero son factores que ofrecen nuevas posibilidades a esta tecnología.
En un contexto de recuperación de la crisis del COVID-19, el informe señala al hidrógeno limpio y a su cadena de valor como una de las áreas esenciales para desbloquear la inversión y fomentar el crecimiento sostenible y el empleo. Esta tecnología verde forma parte de los instrumentos de recuperación recientemente anunciados desde la Unión Europea. De ahí que varios Estados miembros ya hayan empezado a trabajar en el desarrollado de una estrategia de hidrógeno a nivel nacional (Francia, los Países Bajos, Alemania, Portugal y España). Y es que, en términos numéricos, los autores de la investigación recuerdan que se espera un aumento significativo en el uso del hidrógeno, hasta llegar a los 4000 TWh en 2050.
Si bien es cierto que el potencial del hidrógeno es enorme y la Comisión Europea está dando pasos al frente para estimular el progreso de ese potencial, el estudio enfatiza que impulsar su desarrollo más allá del punto de inflexión requiere de una serie de facilitadores. Entre ellos subrayan una masa crítica de inversión, un marco regulatorio propicio, nuevos mercados líderes, una investigación e innovación continuas en tecnologías de vanguardia que permitan generar nuevas soluciones de mercado, una red de infraestructura a gran escala (que únicamente la Unión Europea y el mercado único pueden ofrecer), así como la cooperación con socios de terceros países.
Finalmente, el informe apunta que para poder materializar el potencial del hidrógeno verde en los próximos años se necesita la implicación de todos los agentes, ni el sector privado ni los Estados miembros pueden abordar este reto por sí solos. Al contrario, es vital crear un ecosistema con la participación de todos ellos, tanto a nivel nacional como regional que trabajen de manera coordinada en toda su cadena de valor.