La evolución de los precios finales de la electricidad y el gas en Europa, gran heterogeneidad de precios entre países según el MMR 2016

El coste de la energía constituye una parte significativa del precio final, pero no la única, dependiendo los precios finales de la electricidad y el gas natural que pagan los consumidores domésticos e industriales de otros muchos factores que acaban condicionando su evolución. En el marco de las diferentes publicaciones sobre el Market Monitoring Report 2016, el informe conjunto de ACER y CEER Electricity and Gas retail markets pone de manifiesto las enormes disparidades de precios finales existentes a nivel europeo.

El informe Electricity and Gas retail markets sobre la evolución de los precios en los mercados minoristas de electricidad y gas en Europa destaca, en primer lugar, la enorme dispersión de precios entre los distintos países. Los precios en los estados más caros son 3 veces mayores que en los más económicos. En segundo lugar, se observa que los precios han aumentado desde 2008 de forma significativa especialmente para los hogares en electricidad (26,4%) mientras que a nivel industrial el aumento ha sido mucho menor (5,8%). En lo referente al gas, el comportamiento ha sido aún más dispar, entre consumidores domésticos ha experimentado un incremento del 8,9%, mientras que los precios finales para los consumidores industriales se han reducido en un 28,2%.

A pesar de este aumento continuo de los precios desde 2008, esta tendencia parece que se empieza a revertir. De esta forma, los precios decrecieron en 2016 respecto al ejercicio anterior tanto en gas (8,4% domésticos y 20,1% industriales) como en electricidad (7,1% domésticos, primera reducción desde 2008).

El análisis de la evolución de los diferentes componentes que conforman el precio final tanto de la electricidad como del gas natural recibe una especial atención por parte del estudio realizado por ACER y CEER. A partir de los datos correspondientes a una muestra de las ofertas realizadas por las empresas incumbentes en las principales capitales europeas, se realiza una primera comparativa del peso relativo de los diferentes componentes. De éste se desprende que el 35% del precio final de la electricidad que pagan los consumidores se explica por el coste energético y el otro 65% se debe a los componentes fijos (costes de red, tasas, impuestos y otras cargas). En el caso del gas natural, este reparto de costes es más equilibrado, siendo aproximadamente un 50-50. Esta tendencia se refuerza en el tiempo puesto que estos porcentajes han pasado de ser en 2012 un 41% para el coste de la electricidad y un 56% para el coste del gas a los valores actuales del 35% y el 50%. El principal efecto derivado de este resultado es la reducción del margen para la competencia minorista.

El análisis se extiende a la Energy Community (conjunto de países de la que forman parte los países de los Balcanes y de la Región del Mar Negro). Los resultados son opuestos en el sentido que los precios para los consumidores industriales en electricidad y gas tienden a ser superiores.

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