El papel del gas natural en la política de descarbonización de Alemania

A nivel europeo, el objetivo de descarbonización de la economía se ha convertido en una prioridad de primer nivel. Un proceso en el que el gas natural como fuente de energía está llamado a desempeñar un papel de gran relevancia. Para el caso concreto de Alemania, el reciente estudio “The role of natural gas, renewables and energy efficiency in decarbonisation in Germany”, elaborado por el Oxford Institute for Energy Studies (OIES), se adentra en la política energética germana, cuestionándose cómo es posible que previéndose alcanzar los objetivos de penetración de las energías renovables no se pueda dar cumplimiento a los objetivos de emisiones de CO2. La incapacidad del sector del gas natural a la hora de defender su rol a largo plazo en esta estrategia de descarbonización, en palabras del autor, se encuentra detrás de esta realidad.

En este reciente estudio del Oxford Institute for Energy Studies (OIES), elaborado por el investigador Ralf Dickel, defiende la necesidad de revisar la política energética y de descarbonización seguida en estos últimos años, siendo necesario enfrentarse a la realidad de sus resultados y reconocer los errores que se han podido cometer. Según el estudio, el gobierno alemán, que reivindica un papel pionero a nivel internacional en la descarbonización, en el ámbito de la política de promoción de las energías renovables ha convertido lo que debería haber sido un instrumento en un objetivo en sí mismo. Como resultado de esta política nos encontramos que mientras que Alemania cumple sus propios objetivos de energías renovables para 2020 (35% de energías renovables en la producción de energía), el país germano solo reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 30%, muy por debajo del objetivo del 40% previsto para 2020.

Las renovables son esenciales en toda política de lucha contra el cambio climático. No obstante, tal como pone de manifiesto la experiencia alemana, por sí solas no son suficientes para garantizar la contribución en la reducción de las emisiones de GEI que exige el Acuerdo de París. Reflexión ésta de gran calado, dado que si una política meramente enfocada en energías renovables en el ámbito eléctrico no funciona para Alemania, tampoco es probable que funcione a escala global.

Estructurado en seis apartados, el estudio intenta dar respuesta a esta necesidad de revisión de la política energética alemana, aportando aquellas cuestiones que considera que son más relevantes. En este sentido, tras unos primeros apartados centrados en las implicaciones que se derivan del Acuerdo de París para las renovables y el gas natural y cuál ha sido la evolución reciente de la política climática, Ralf Dickel se centra en el gas natural.

Más allá de las interesantes aportaciones relativas al gas natural renovable, especialmente el procedente de residuos orgánicos, de biomasa y del excedente de energía renovable, que, tras un proceso, permite obtener un gas (metano o hidrógeno) que puede ser inyectado en las redes del sistema gasista para almacenarlo y ser usado cuando se necesite, el autor realiza una interesante reflexión acerca de las razones por las que el gas, hasta la fecha, no ha logrado defender el rol a largo plazo en el país.

La conclusión a la que llega es que la industria del gas en su contribución en la definición de la política energética y climática no ha logrado establecer la importante distinción entre un sector de energía libre de carbono y un sector de energía totalmente renovable. Esta limitación ha impedido hasta la fecha no abordar la descarbonización del gas natural como un complemento necesario y competidor de las energías renovables para cumplir los objetivos del Acuerdo de París a tiempo.

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