El papel de los DSO de gas y las redes de distribución

El informe “The role of gas DSOs and distribution networks in the context of the energy transition” publicado por la Comisión Europea evalúa la situación actual y futura del mercado interior del gas y el rol a desarrollar por parte de las empresas distribuidoras en un escenario de descarbonización del sector gasista.

Para ello el estudio abarca dos grandes líneas de trabajo:

Por un lado, una revisión del estado actual de los mercados de la Unión Europea con respecto a la penetración de nuevos gases y un análisis de los escenarios cuantificados en el contexto de la Visión Estratégica Europea a Largo Plazo. Los resultados indican que, en todos los escenarios, el consumo de gas natural convencional (fósil) se reduce drásticamente para 2050. A partir de 2035, la reducción de la demanda de gas natural en los sectores residencial y de servicios (principalmente para calefacción) estará impulsada por una mayor eficiencia energética, las tendencias de electrificación y la sustitución del gas natural por biogás, hidrógeno y otros gases renovables después de 2030. Alrededor de 2050 se alcanza un “estado estable” en el que la inyección de nuevos gases, incluido el hidrógeno, es sustancial.

En segundo lugar, un análisis sobre el papel evolutivo del DSO en el contexto de la transición energética con el fin de identificar posibles brechas o barreras para el desarrollo de nuevas instalaciones. Los resultados apuntan a que se seguirá introduciendo gas natural a nivel de transmisión, mientras que las nuevas instalaciones de producción de gas (principalmente biometano) se conectarán cada vez más a la distribución. También se anticipan pequeñas cantidades de hidrógeno, principalmente hacia el final del período de transición (2035-2045). La investigación pone de manifiesto la necesidad de los DSO de desarrollar de manera oportuna un marco regulatorio riguroso con contratos de conexión estandarizados para la inyección de gas y condiciones de acceso no discriminatorias para los productores que deseen conectar sus instalaciones a nivel de distribución. Asimismo, el papel del DSO en la operación diaria de la red se ampliará para incluir obligaciones para la medición y el seguimiento de la calidad del gas y también para las previsiones de calidad e inyección.

Finalmente, el informe presenta un total de 19 recomendaciones con el fin de garantizar que la nueva era del gas se diseñe de manera que preserve el mercado interior y conduzca gradualmente a la plena integración de las redes de transporte y distribución. Paralelamente, se pone de manifiesto la necesidad de buscar un equilibrio entre la implementación nacional y la regulación a nivel de la Unión Europea al menos a medio plazo. Para ello se requiere aprovechar las sinergias entre la electricidad y el gas y buscar la aceptación/apoyo político a nivel de la Unión Europea y los Estados miembros para un sistema híbrido portador de energía, utilizando los activos de electricidad y gas de manera eficiente y obteniendo una mayor flexibilidad y seguridad del suministro.

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