Asegurar la consecución de los objetivos del Acuerdo de París requiere que la Unión Europea reduzca sus emisiones en un 80-95% para 2050. Esto implica que el sistema energético de la Unión, y necesariamente el sistema de gas, debe ser descarbonizado en el transcurso de las próximas décadas. En el contexto de la discusión actual sobre el papel del gas en la cobertura de la demanda energética, la reciente la publicación Decarbonising the Gas Sector: is Renewable Gas a Serious Option? propone una serie de recomendaciones encaminadas a garantizar una mayor penetración del gas renovable a nivel europeo.
Actualmente, la Unión Europea tiene una experiencia considerable en la producción y el uso de gas renovable, entendido éste como biogás y biometano producidos mediante digestión anaeróbica, gas de síntesis generado a través de gasificación e hidrógeno y metano sintético creado a través del Power-to-Gas. Sin embargo, tal como pone de manifiesto el estudio, el gas renovable sigue siendo marginal en Europa, representando únicamente el 4% de la demanda de gas a nivel europeo y, además, el ritmo de crecimiento de la producción de gas renovable ha ido disminuyendo gradualmente desde 2011.
Por todo ello, Piebalgs y Olczack, autores del estudio elaborado conjuntamente por la Florence School of Regulation (FSR) y el Robert Schuman Centre for Advanced Studies del European University Institute, resaltan que un incremento considerable de la producción de gas renovable no será viable sin un apoyo político concreto que aborde los problemas transfronterizos derivados principalmente de las diferencias en la legislación nacional sobre la calidad del gas.
A través de una visión general de la experiencia de la Unión Europea con la producción de gas renovable, los autores del estudio afirman que la penetración de gas verde no será posible sin un cambio del status quo actual. En este sentido, el estudio propone una serie de actuaciones de mejora: incorporar en las políticas de energía y clima un objetivo específico de gas renovable, fomentar la creación de incentivos para la inyección de gas verde en la red, incentivar la innovación a través de cambios regulatorios, introducir un punto de referencia europeo en los procesos de odorización y control para evitar de esta manera posibles restricciones transfronterizas en el comercio de gas renovable y, finalmente, supervisar de manera regular cualquier problema que pueda constituir un desafío para el comercio transfronterizo de gas renovable.