El futuro de la energía limpia, inteligente y renovable en Europa

Mitigar el cambio climático constituye sin lugar a dudas el principal reto del siglo XXI, situándose la energía en el centro de la cuestión. Para lograrlo se requiere un amplio despliegue de energías limpias y eficiencia energética en una economía circular de bajas emisiones, aquí es donde las políticas europeas juegan un destacadísimo papel como facilitadoras de la transición energética. La publicación Shaping the future of energy in Europe: Clean, smart and renewable, de la Agencia Europea del Medioambiente, analiza la situación actual aportando su visión sobre cuál debería ser la configuración futura de la energía en Europa desde una perspectiva limpia, inteligente y renovable.

El consumo de energía es imprescindible para mantener el bienestar de la población ya que desde el funcionamiento de los hogares hasta las industrias se alimentan de energía para proveer el confort y los productos que requerimos. Hasta ahora esta energía ha sido en su mayoría abastecida a partir de combustibles fósiles con los consecuentes efectos negativos probados para el bienestar que producen las emisiones directamente sobre la salud o indirectamente a través del cambio climático. Sin embargo, ahora es el momento de tomar una decisión sobre si mantenemos los combustibles fósiles o los sustituimos progresivamente por fuentes energéticas limpias. En este sentido, parece que el compromiso político hacia esta transición energética no ha parado de avanzar desde que principios de siglo, llegando a su cúspide con los acuerdos de París del 2015.

A pesar de estos sustanciales avances todavía quedan importantes retos que deben ser afrontados para conseguir reafirmar la transición hacia fuentes de energía limpia. En muchos casos, estos retos van más allá del ámbito tecnológico y requieren nuevas formas de generar y de consumir la energía, avanzándose hacia un modelo más descentralizado. En este nuevo modelo deben jugar un papel activo los hogares, generando su propia energía y modulando su demanda, y también la eficiencia energética será otro componente vital. Sectores como el transporte también se verán abocados a cambios significativos potenciando la electrificación y los biocombustibles.

En Europa se avanza de forma decidida en el proceso de transición energética a pesar de los importantes retos que hay que afrontar. Todos los agentes se han puesto manos a la obra construyendo redes inteligentes, instalando energía eólica y solar, invirtiendo en innovación y adoptando estándares medioambientales. Fruto de este trabajo la UE consume menos energía que hace 10 años, tiene una menor dependencia de los combustibles fósiles y ha doblado la participación de las renovables (del 9% en 2005 al 17% en 2015, según los últimos datos publicados por Eurostat). Un escenario energético donde los combustibles fósiles continúan siendo la principal fuente de energía en Europa.

Partiendo de la opinión de diferentes expertos partícipes en esta publicación, se pone de manifiesto el destacado papel que ocupa el sector energético en el proceso de transición energética hacia una economía baja en emisiones. Cuestiones como el desarrollo de las energías renovables, la situación y diferentes opciones para el almacenamiento energético, el proceso de electrificación del sector transporte o la eficiencia energética, entre otros muchos, son analizados en esta publicación. Otros aspectos que se tratan con detalle son la convivencia entre biocombustibles y producción de alimentos, así como la dimensión global y local para una energía segura y asequible.

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