Redes eléctricas e innovación: necesidad de un nuevo diseño de incentivos económicos capaces de estimular el cambio

En un contexto de creciente digitalización del sistema eléctrico, las redes adquieren un nuevo protagonismo que no se ha visto acompañado de avances significativos desde la perspectiva de la innovación y el desarrollo tecnológico. El proceso de electrificación de la matriz de demanda energética, acompañada de la necesaria descarbonización de la generación, exigen de redes energéticas capaces de dar respuesta a los nuevos requisitos de operación. Esta atonía en la innovación, posiblemente viene explicada por la falta de incentivos regulatorios capaces de estimular el proceso de cambio. El presente estudio analiza los diferentes esquemas de incentivo y fomento de la innovación en los negocios regulados de red. Cuestión esta de vital importancia en este momento de transición energética, donde las redes requieren de nuevos desarrollos tecnológicos.

En la actualidad se observa una rápida mejora de las tecnologías de generación de bajas emisiones explicada por una combinación de políticas regulatorias e incentivos de mercado. Sin embargo, la innovación en el ámbito de las redes no está teniendo la misma consideración. Esta realidad viene en parte explicada por modelos de regulación de las actividades de red en los que se ha fomentado la eficiencia en costes, prestando una menor atención a potenciar la actividad innovadora de las compañías reguladas.

El presente estudio, elaborado por el Oxford Institute for Energy Studies (OIES), revisa cómo ha evolucionado el negocio regulado de las redes desde distintas perspectivas, centrándose en evaluar la eficacia de los distintos métodos de incentivo a la innovación utilizados.

Estudios como éste tienen una especial importancia en momentos como el actual, en el que fomentar la innovación de las redes es crucial dado el protagonismo de las mismas en la transición energética hacia economías competitivas bajas en emisiones. Para el desarrollo de aspectos clave de esta transformación, como la electrificación, la descentralización y la digitalización, la capacidad de las redes para innovar resulta una prioridad. Un segundo aspecto novedoso del estudio radica en que no se centra exclusivamente en la innovación tecnológica, sino también en el ámbito organizativo y en los nuevos modelos de negocio que deben acompañar este proceso de cambio.

El estudio presenta la evolución que se ha producido en los negocios regulados de red, repasando los principales avances e innovaciones tecnológicas, de proceso y comerciales, que se han producido en estos últimos años. En la segunda parte el estudio aborda cómo la regulación económica puede y debe incentivar la innovación en este segmento tan relevante de la cadena de valor del sistema eléctrico.

Propiamente en el ámbito del impacto de la regulación en la capacidad innovadora, el estudio concluye con la necesidad de tomar en cuenta la incertidumbre en el modelo regulatorio, para superar un enfoque retributivo exclusivamente basado en la eficiencia económica que permita a los agentes privados dar un paso más allá con una apuesta decidida por la innovación. La consideración del riesgo constituye un elemento crítico que afecta directamente a los flujos de inversión que las compañías dedican a la innovación como muestran los análisis llevados a cabo en Reino Unido e Italia. La principal recomendación consiste en pasar de los modelos convencionales de fomento de la innovación a nuevos modelos donde el elemento principal del incentivo sea precisamente éste.

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