El artículo del Oxford Institute for Energy Studies examina los desafíos y oportunidades para convertir la captura y almacenamiento de carbono en una solución de descarbonización económicamente viable.
Los objetivos de cero emisiones netas reconocen la importancia de lograr reducciones profundas en las emisiones, pero también de eliminarlas de la atmósfera. Los principales análisis de la Agencia Internacional de la Energía sobre el horizonte de cero netos, los escenarios del umbral de 1.5°C del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y la Comisión de Transición Energética estiman que, para 2050, será necesario un despliegue de estas tecnologías a escala de gigatoneladas.
Sin embargo, a pesar de este papel clave, los autores insisten en recordar que el despliegue hasta la fecha sigue estando muy por debajo de lo que se necesita para cumplir con el potencial prometido de la tecnología. En especial, la financiación y la ampliación de proyectos de captura y almacenamiento han resultado desafiantes tanto para los gobiernos como para el sector privado.
Ante este panorama, la investigación analiza la viabilidad económica de la captura y almacenamiento de carbono a través de los mercados de carbono, uno de los principales medios de financiación para proyectos de baja emisión de carbono. Estos mercados son esenciales para promover la cooperación internacional, reducir los costes de mitigación y ofrecer incentivos mediante subsidios, impuestos y/o la valoración de sumideros de carbono. Específicamente, el informe evalúa cómo se trata esta tecnología en diversos programas de acreditación, como los sistemas de comercio de emisiones, los mercados voluntarios de carbono y el Acuerdo de París, así como otros mecanismos no basados en el mercado que pueden apoyar su implementación.
El informe concluye que los mercados actuales no pueden financiar completamente estas tecnologías, por lo que se necesitan otros mecanismos junto con los ingresos de los mercados de carbono. La coordinación entre iniciativas es baja y es esencial establecer mecanismos para asegurar que los ingresos fluyan a través de la cadena de suministro y entre países. El Acuerdo de París puede ser crucial para esto al formar la base de un mercado global de carbono, pero se requerirá la armonización de reglas y metodologías entre socios comerciales. Aunque el papel de la captura y almacenamiento de carbono varía en las estrategias climáticas de los países, la armonización y la innovación en los mecanismos de financiación podrían ser lideradas inicialmente por un pequeño grupo de países con intereses comunes.