El informe del Oxford Institute for Energy Studies examina el impacto del corte de gas ruso de 2022 en Alemania.
A pesar de los desafíos macroeconómicos, incluida una ligera contracción del PIB desde el cuarto trimestre de 2022, el centro de investigación británico remarca en su informe “German industrial gas: Crisis averted, for now” que las perspectivas del mercado alemán del gas para el próximo invierno son relativamente estables.
El análisis revela que la reducción de la demanda de gas y las fuentes alternativas de suministro han sido estrategias clave para evitar interrupciones físicas del suministro. Las pequeñas y medianas empresas y las grandes industrias que no hacen un uso intensivo de energía se vieron mínimamente afectadas por los aumentos de los precios mayoristas. En cambio, las industrias de gran escala y con uso intensivo de energía, que compran gas directamente de los mercados mayoristas, enfrentaron importantes desafíos debido a los aumentos de precios. La capacidad de trasladar estos aumentos a los clientes varió entre las empresas y, en algunos casos, el aumento del precio de los productos finales fue incluso mayor que el aumento del coste de la energía.
El informe destaca el impacto no uniforme de los aumentos de precios dentro de las industrias alemanas, incluso en sectores intensivos en gas, como el químico. Factores como la cartera de productos, las estrategias de adquisición de energía y las relaciones con los actores del gas rusos contribuyeron a estas diferencias. A pesar del entorno desafiante de Alemania para las industrias de uso intensivo de energía, las discusiones sobre los subsidios estatales están en curso, con un enfoque actual en los precios de la electricidad.
De cara al invierno de 2023/24, la investigación señala posibles riesgos para los precios del mercado del gas, pero no prevé interrupciones en el suministro. Entre los factores que contribuyen a esta perspectiva se incluyen un almacenamiento casi completo, certeza en el suministro ruso, terminales operativas de GNL, menores necesidades de importación y un marco regulatorio más claro. Si bien persisten algunas incertidumbres, los autores insisten en que la preparación general de los mercados y las políticas implementadas contribuirán a que no se repitan las situaciones observadas durante la crisis del gas del año anterior.