El informe de la Agencia Internacional de Energía analiza el progreso del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 (ODS 7), que promueven el acceso universal a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna.
A pesar del impacto de la crisis energética y la pandemia de Covid-19, el progreso en el acceso a la electricidad se reinició en 2023. El número de personas que carecían de acceso a la electricidad en todo el mundo se redujo a 750 millones, unos 10 millones menos que en 2022. El progreso de 2023 obedeció principalmente a la renovación de las ampliaciones de la red y a la adopción de sistemas de suministro de energía solar en el África subsahariana, donde vive el 80% de las personas que carecen de acceso a la electricidad. Además, los países en desarrollo de Asia también experimentaron avances significativos. Casi 1.000 millones de personas han obtenido acceso a la electricidad en Asia desde 2010, y el 97% de la región tenía acceso en 2023, en comparación con el 79% en 2010. Además, algunos países como Bangladesh lograron el acceso universal el año pasado.
La investigación señala que el progreso continuará en 2024, aunque a un ritmo más lento que los niveles anteriores a la pandemia. También indica que para garantizar el acceso universal a la electricidad en 2030 se necesitarán inversiones anuales promedio de 50 millones de dólares, para cubrir los costes de generación de energía, redes eléctricas y soluciones descentralizadas. Sin embargo, advierten que las inversiones actuales están muy por debajo de ese nivel.
El informe revela que más de 2.000 millones de personas carecen de acceso a instalaciones de cocina limpias y dependen del uso tradicional de biomasa sólida, queroseno o carbón como combustible principal para cocinar. En los países en desarrollo de Asia, el 50% de la población mundial no tiene acceso a estos servicios, y alrededor de 1.100 millones de personas carecen de soluciones limpias para cocinar. En África Subsahariana, que representa alrededor de la mitad de la brecha de acceso, 29 países tienen tasas de acceso inferiores al 20%, y la región ha experimentado un aumento continuo en el número de personas sin acceso a cocinas limpias desde que comenzó el seguimiento, alcanzando alrededor de 960 millones en 2023.
El progreso en el acceso a una cocina limpia ha sido muy limitado en comparación con el acceso a la electricidad. Aunque existen diferentes iniciativas para disminuir el número de afectados, la pandemia de Covid-19 y la crisis energética mundial han impactado negativamente. En algunos países de Asia existen programas que incentivan el uso de gas licuado de petróleo y políticas de aire limpio. En 2024 se organizó la primera Cumbre internacional sobre cocina limpia en África, que reunió a diversas partes interesadas y obtuvo un importante compromiso de 2.200 millones de dólares para abordar la problemática. Dada la situación actual, los investigadores sostienen que se requiere un aumento significativo de las políticas y las inversiones, además de implementar tecnologías y combustibles de cocina limpios, para lograr los objetivos del Escenario de Cero Emisiones Netas para 2050 y el ODS 7.
En cambio, las energías renovables lograron un récord en 2023, impulsadas por políticas reforzadas tras la pandemia y la crisis energética. La hidroeléctrica sigue siendo la mayor fuente de energía renovable a nivel mundial, ya que satisface el 16% de la demanda mundial de electricidad, seguida de la eólica y la solar fotovoltaica. Las fuentes de electricidad renovables registraron un año récord en 2023, casi un 50% más alto que en 2022.
La mejora en la intensidad energética global también avanza lentamente. Aunque en 2023 se registró un repunte con una mejora del 1,3%, se prevé que entre 2022 y 2030 disminuya a un ritmo del 2,3% anual, superior al promedio de la última década, pero insuficiente para cumplir con la meta del 3,4% anual.
El informe destaca que para alcanzar el ODS 7 es necesaria una aceleración significativa de las inversiones en infraestructura energética, energías renovables y tecnologías limpias. Además, resalta la importancia de la cooperación internacional para superar los desafíos actuales y asegurar el acceso universal a una energía sostenible para 2030.