A pesar de su importancia estratégica en la consecución del mercado interior del gas, la evolución futura de las infraestructuras de gas natural licuado (GNL) y el almacenamiento dista de ser pareja. En el presente estudio, la Comisión Europea presenta su diagnóstico apuntando posibles recomendaciones a partir de los resultados obtenidos en los test llevados a cabo para estas infraestructuras prioritarias de gas en escenarios normales y de seguridad de suministro.
En el marco de la publicación de la estrategia europea para el GNL y el almacenamiento de gas, la Comisión Europea acaba de presentar un estudio sobre la situación de estas infraestructuras gasísticas de carácter prioritario para la consecución de los objetivos asociados al mercado interior del gas. Estudio de gran relevancia, dados los cambios que se han producido en la situación del gas natural, después de años de declive en su demanda, y después de que en el año 2016 se recuperaran las tasas de crecimiento positivas.
Por segmentos, el estudio de la Comisión Europea empieza por la situación del gas natural licuado. El mercado internacional del GNL continuaba su expansión. Sin embargo, no se considera que en Europa vaya a tener el éxito previsto, no solo por la evolución futura de la demanda, sino también por las estrategias de competencia que seguirán los suministradores habituales por tubo. La aparición de contratos estandarizados le daría un impulso adicional conjuntamente con la aparición de hubs dedicados al GNL.
El almacenamiento continúa generando dudas sobre su viabilidad económica, más aún con los cierres de algunas instalaciones que se han producido recientemente. La acción regulatoria para mantener la seguridad de suministro ha beneficiado su actividad. La única solución parece ser una acción más coordinada a nivel europeo para sacar partido de los almacenamientos de forma transfronteriza.
La primera parte del estudio es un análisis basado en modelos con el objetivo de probar la resiliencia de la infraestructura de gas europea ante shocks en el suministro y en la demanda. En particular, se evalúa la utilización de las plantas de GNL que resulta ser reducida, aunque varía mucho de un lugar a otro. Se espera un incremento de su utilización a partir de 2020, por la caída de la producción interna y una mayor disponibilidad de GNL en los mercados. Como se indicaba anteriormente, el grado de utilización de los almacenamientos subterráneos no permite ser optimista. Incluso teniendo en cuenta las obligaciones de almacenamiento que imponen los países sobre la utilización de estas infraestructuras.
La segunda parte es un análisis internacional de los mercados de GNL basado en análisis cualitativo y cuantitativo, respaldado por varias entrevistas. La tercera parte se centra en problemas de calidad del GNL de fuentes potenciales y futuras.