El informe de Bruegel analiza los potenciales beneficios sociales y económicos de un cambio estructural que favorezca los principios de la economía circular.
Señala que la extracción de la naturaleza y el procesamiento de materiales son las casusas principales de la pérdida de biodiversidad, además de ser importantes fuentes importantes de contaminación y emisiones de gases de efecto invernadero.
Para alcanzar una economía sostenible con emisiones netas de carbono igual a cero, el estudio subraya la necesidad de optimizar el uso de los recursos. Sin embargo, actualmente se utilizan de forma ineficiente debido a una combinación de fallas del mercado y de políticas gubernamentales, que crean una serie de barreras y desincentivos para las empresas y los ciudadanos. Entre estas fallas, destaca la subvaloración de las materias primas, cuyo precio no refleja adecuadamente los costos ambientales y humanos asociados a su extracción
Los autores plantean que un aumento de la circularidad de los recursos resultaría un modo eficaz de mejorar su eficiencia, ya que esto permitiría utilizar menos recursos para satisfacer el mismo nivel de necesidades humanas. Para alcanzar este objetivo sugieren ampliar la duración del uso y la reutilización de los materiales y reducir la demanda de recursos desde el principio mediante el diseño de productos y sistemas para lograr una eficiencia óptima.
Además, los investigadores señalan que la adopción de un mercado único circular conllevaría importantes ventajas sociales y económicas adicionales para la comunidad europea. Entre sus ventajas clave, la circularidad permitiría reducir rápidamente los riesgos derivados de las dependencias tóxicas y la coerción económica ejercida por los regímenes autoritarios, además de aumentar la resiliencia frente a cadenas de suministro frágiles y la volatilidad de los precios de materias primas. El informe resalta que un modelo circular también mejoraría la competitividad de las empresas europeas, en particular aquellas que operan en un continente con escasez de energía y recursos naturales. Con una economía global en la que los impactos climáticos harán que recursos como el agua y la tierra sean cada vez más escasos, la capacidad de adaptación será crucial para mantener la estabilidad económica.
Bruegel destaca la necesidad de que la Unión Europea fomente la inversión en economía circular, vinculando sus principios con los objetivos políticos fundamentales, como la seguridad económica, la competitividad y la estabilidad financiera. Un marco regulatorio predecible y normas comunes serían esenciales para acelerar la creación de mercados para insumos reciclados y servicios de reparación.
Aunque la UE ya ha establecido un marco legislativo para la economía circular, el artículo subraya la importancia de ampliarlo mediante una próxima Ley de Economía Circular, que permitirá consolidar esta transformación estructural clave para el futuro del bloque europeo.