Resiliencia de las cadenas de suministro críticas para la seguridad y la transición energética

La Comisión Europea publica un estudio en el que identifica las vulnerabilidades de las cadenas de suministro asociadas al sector energético europeo y evalúa los problemas actuales y potenciales para señalar posibles medidas que consigan mitigar el riesgo y aumentar la resiliencia.

El Study on the resilience of critical supply chains for energy security and clean energy transition during and after the COVID-19 crisis define las cadenas de suministro de tecnología energética críticas en base a dos grandes criterios: 1) las estratégicamente importantes para la transición de la Unión Europea a las energías limpias y/o para garantizar la seguridad del suministro de energía; y 2) las vulnerables respecto a toda la cadena de suministro o a etapas específicas (fabricación) o elementos (materia prima específica).

La evaluación de la elevada vulnerabilidad ha sido establecida en función de parámetros que cubren la dependencia de las importaciones (cuota de importación y número de importadores y fuentes), el grado de conocimiento y especialización de los recursos, la concentración del mercado, el número de fabricantes y proveedores, la facilidad de sustitución, la estabilidad de precios de los elementos de la cadena de suministro y las tendencias históricas de los precios. Sobre la base de esta evaluación, el informe revela que nueve cadenas de suministro muestran vulnerabilidades destacables.

En concreto, las cadenas de suministro de energía críticas identificadas son: energía eólica (en tierra y en alta mar), energía solar fotovoltaica, fisión nuclear, producción de hidrógeno, tecnologías de almacenamiento, infraestructura de gas, redes eléctricas, baterías, edificios inteligentes y automatización de edificios, y tecnologías digitales en el sector energético. Asimismo, el estudio muestra que la energía hidroeléctrica y el almacenamiento por bombeo, la gasificación a partir de biomasa, las turbinas de gas y las bombas de calor no se consideran críticos a pesar de su importancia estratégica para el sistema energético europeo.

El informe presenta un conjunto de medidas de actuación para fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro de energía críticas ante la mayor presencia de eventos externos como pandemias, clima extremo y tensión geopolítica. En particular, se promueve fomentar la sustitución de elementos críticos utilizados en las cadenas de suministro de tecnologías energéticas; diversificar la oferta primaria (dentro de la Unión Europea y entre terceros países); desarrollar el reciclaje con el fin de reducir aún más la dependencia externa de materias primas críticas; desarrollar las capacidades de oferta de la Unión Europea teniendo en cuenta los recursos disponibles, la viabilidad económica y los impactos sociales y medioambientales; impulsar la cooperación con gobiernos no pertenecientes a la Unión Europea y proveedores críticos; y, por último, mantener stocks de emergencia y fomentar requisitos para que las empresas que realizan suministros implementen procesos de gestión de la cadena.

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