Son muchas las instituciones y organizaciones, públicas o privadas, que de forma regular publican sus proyecciones energéticas a futuro, existiendo importantes diferencias metodológicas entre ellas. Para subsanar esta carencia, el prestigioso instituto de investigación National Bureau of Economic Research (NBER) presentan una metodología de análisis armonizado de las mismas capaz de ofrecer una mejor predicción de las tendencias del sector en el horizonte del 2040.
La proyección de perspectivas energéticas juega un papel importante para ayudar a entender cómo el sistema energético mundial puede evolucionar al proporcionar estimaciones cuantitativas detalladas de los futuros patrones de consumo de energía, las fuentes de suministro, las tendencias tecnológicas, las emisiones de dióxido de carbono, etc… Actualmente, un amplio abanico de organizaciones emite dichas proyecciones de manera regular, para ayudar a informar a los productores de energía, consumidores, políticos y otras partes interesadas. Entre estas se incluyen instituciones como la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Administración de Información de Energía de EE.UU. (EE.UU. EIA), la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) o las principales compañías energéticas como BP, ExxonMobil o Shell.
Los autores del estudio a partir de estas valiosas fuentes de información y a través de una metodología que ellos han diseñado y testado científicamente realizan una proyección de las principales variables que afectan al sector energético en el horizonte 2040. Para ello se nutren de las principales proyecciones realizadas por los distintos actores. El resultado es un metaanálisis de las distintas proyecciones que ofrece un resultado más preciso, que contempla diversas hipótesis y supuestos al mismo tiempo.
Los principales resultados que presentan del análisis unificado de las distintas proyecciones muestran las siguientes conclusiones. En primer lugar, la demanda energética global se espera que crezca entre 2015 y 2040 aunque a un ritmo inferior al observado hasta el momento. Este incremento de la demanda se desplaza de oeste hacia este, con China, India, Indonesia y los países del Sudeste Asiático como principales artífices de este cambio. Por otro lado, la demanda de renovables crecerá rápidamente, sin embargo, las emisiones de CO2 procedentes del sector energético seguirán creciendo lo que llevará a concentraciones atmosféricas de CO2 en consonancia con un aumento promedio de la temperatura global cerca de los 3°C o más, a no ser que se implementen nuevas políticas. Datos preocupantes en la medida que no apuntan a un posible desacoplamiento entre crecimiento económico y emisiones de gases de efecto invernadero.