En la segunda mesa, moderada por Carlos Solé de KPMG España, los ponentes analizaron el papel que juegan las infraestructuras energéticas en la transición ecológica.
Abel Enríquez, director de ENNOH, destacó la participación de su empresa en la expansión de la red de hidrógeno en Europa, subrayando la importancia de contar con una infraestructura sólida que facilite su despliegue. La construcción de una red europea de hidrógeno permitirá no solo garantizar el suministro, sino también mejorar la competitividad y viabilidad de este vector energético en el largo plazo. Desde un punto de vista económico, un sistema energético basado en una combinación de electrones y moléculas resulta más eficiente y rentable que uno basado exclusivamente en electrones. Sin embargo, uno de los mayores desafíos para la expansión de estas infraestructuras es su financiación. Es necesario desarrollar mecanismos que fomenten la inversión y reduzcan el riesgo financiero para los proyectos a gran escala.
Bruno Gouverneur, jefe de Mercados y Operaciones de ENTSO-E, resaltó que uno de los principales objetivos es garantizar la seguridad del sistema eléctrico en el proceso de descarbonización. Habló del Grid Action Plan, que busca fortalecer las redes eléctricas y garantizar su capacidad para soportar un aumento de energías renovables. Si bien la transición ecológica requiere enormes inversiones, la buena noticia es que cada euro destinado a infraestructuras energéticas genera un alto rendimiento y un impacto positivo en la economía europea. Además, la electrificación y el desarrollo de renovables son factores clave para el éxito de la descarbonización, pero sólo serán efectivos si van acompañados de una cooperación a largo plazo en transmisión y distribución. Uno de los retos que enfrenta Europa es la falta de capacidad de manufactura para la construcción de infraestructuras energéticas. Para abordar este problema, es fundamental incentivar la inversión en producción local y garantizar la visibilidad de los proyectos a largo plazo, proporcionando estabilidad a los inversores.
Piotr Kuś, director general de ENTSO-G, alertó sobre la presión que enfrentan los sistemas y destacó la necesidad de garantizar una transición energética que sea competitiva y segura, equilibrando sostenibilidad, seguridad y asequibilidad. Para lograrlo, es fundamental desarrollar infraestructuras que permitan almacenamiento y flexibilidad, facilitando la integración de diversas fuentes de energía y asegurando la estabilidad del sistema.
La interconexión y la integración de infraestructuras energéticas son esenciales para la transición. La cooperación entre países y la inversión en redes de transporte y almacenamiento permitirán construir un sistema energético más resiliente, capaz de responder a las necesidades de una economía descarbonizada.