El informe de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, la Agencia Internacional de Energías Renovables y el Instituto Alemán de Desarrollo y Sostenibilidad exploran los beneficios de la producción de hidrógeno verde en los países en desarrollo.
El número de países con hojas de ruta nacionales para el hidrógeno se ha triplicado en los últimos dos años, lo que señala que muchos países se están preparando para comenzar a utilizar hidrógeno verde y planificando cómo beneficiarse de las múltiples oportunidades que brinda esta nueva tecnología en tres dimensiones claves de la sostenibilidad. Económica a través de la industrialización verde, la independencia energética y una mayor participación en el comercio y los mercados globales; ambiental acelerando la descarbonización y social mediante la creación de empleo y acceso confiable a la energía.
Frente a la concepción generalizada de que el hidrógeno verde es esencialmente un producto para la exportación de países ricos en energías renovables, este estudio cuestiona esta narrativa y subraya el potencial del hidrógeno verde como catalizador que puede contribuir al crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental en los países en desarrollo. No obstante, se recomienda abordar previamente una serie de desafíos multifacéticos. Estos incluyen impedimentos de costes, inestabilidad política, marcos regulatorios débiles, obstáculos burocráticos y la falta de acuerdos de compra. Adicionalmente, los investigadores recuerdan que también pueden surgir desafíos de las incertidumbres en el transporte internacional y las preocupaciones sobre la escala y la dinámica del comercio de hidrógeno limpio, incluido el papel del hidrógeno azul como tecnología de transición.
Así pues, los investigadores advierten que para aumentar con éxito la producción de hidrógeno verde en los países en desarrollo, serán necesarias adaptaciones en varias dimensiones, incluidas la infraestructura, los marcos regulatorios, los incentivos financieros y el desarrollo de habilidades. Para ello, los investigadores proponen un enfoque que incluya cuatro elementos clave: priorizar el consumo local de hidrógeno verde, alineación con los objetivos nacionales, iniciar proyectos a escala pequeña y mediana y, por último, avanzar gradualmente en la producción y aplicación de esta tecnología. Con este enfoque se espera que la producción de hidrógeno verde contribuya de manera efectiva al desarrollo sostenible, al progreso tecnológico y a la generación de empleo en los países en desarrollo.