Una característica central del mercado europeo del gas es la elevada estacionalidad de la demanda, por lo que los países europeos equilibran las diferencias entre el consumo de gas en invierno y verano a partir de la combinación de diferentes opciones de flexibilidad. Esta cuestión se analiza en detalle en el estudio Seasonal flexibility in the European Natural Gas Market, elaborado por el Energy Policy Research Group de la Universidad de Cambrigde, centrado en las distintas opciones de flexibilidad existentes y en su potencial.
Entre las diferentes opciones de flexibilidad estacional analizadas, destacan las variaciones en la producción de gas doméstico, las variaciones en los gasoductos y en las importaciones de gas natural licuado (GNL) y las operaciones de instalaciones subterráneas de almacenamiento. Estas opciones difieren en términos de costes y disponibilidad. De esta manera, cuantificar y comparar el papel de las diferentes opciones de flexibilidad para cubrir las fluctuaciones de la demanda europea permite una mayor optimización del mercado gasista.
Los resultados del informe proporcionan distintas reflexiones sobre el desarrollo de la utilización de las fuentes de suministro de gas. En particular, por un lado, se muestra que la producción nacional europea se enfrenta a una disminución significativa en los volúmenes de producción, por otro, el GNL presenta una participación creciente en el mix de importación europea, pero no se convierte en un elemento de cambio significativo. Así mismo, el estudio resalta que en Europa hay una dependencia sistemática de las importaciones de oleoductos procedentes de Rusia. Por último, se prevé que la utilización del almacenamiento en niveles máximos de demanda se mantenga alta tanto a nivel nacional como europeo, consecuentemente, los almacenamientos de gas se erigen como mayor fuente de flexibilidad frente a la estacionalidad europea.