¿Cómo perciben e invierten las empresas para hacer frente al cambio climático? En este estudio del Banco Europeo de Inversiones (EIB) se aborda cómo las empresas europeas afrontan los riesgos relacionados con el cambio climático, el riesgo físico directo y el riesgo provocado por la propia transición a energías limpias.
Los resultados revelan que los riesgos físicos, aquellos causados por eventos climáticos graves, son más fáciles de observar y comprender por parte de las empresas. En cambio, los riesgos de transición energética son menos evidentes, ya que dependen de los compromisos mundiales para reducir la dependencia de las respectivas economías de los combustibles fósiles.
Casi el 60% de las empresas europeas creen que el cambio climático representa un riesgo físico, en comparación con el 50% de las empresas de Estados Unidos. A pesar de los costes asociados a los riesgos de transición, la mayoría de las empresas en los Estados Unidos y la Unión Europea parecen desconocer estos riesgos. Las empresas que son conscientes de los riesgos que la transición plantea para sus actividades comerciales tienen más probabilidades de invertir en medidas climáticas.
Alrededor del 45% de las empresas de la Unión Europea revelan haber invertido en medidas contra el cambio climático, en comparación con el 32% de las empresas estadounidenses. Las empresas del norte de Europa son los inversores más activos, seguidas de las empresas del sur de Europa. Al mismo tiempo, los resultados apuntan a que las inversiones en eficiencia energética siguen aumentando. Casi la mitad (47%) de las empresas de la Unión Europea encuestadas indican haber invertido en proyectos de eficiencia energética, un aumento de diez puntos porcentuales en comparación con el 2019.
La incertidumbre sobre la regulación y los impuestos sigue obstaculizando las inversiones climáticas. En este sentido, el informe pone de manifiesto que es más probable que las empresas de la Unión Europea se enfrenten a limitaciones al invertir en el clima que sus homólogas estadounidenses. El obstáculo más citado por las empresas es la incertidumbre sobre la regulación y la fiscalidad (43%), seguido de los costes de inversión (41%).
España es el país de la Unión Europea donde las preocupaciones por el impacto físico del cambio climático son mayores (77% de las empresas), muy por encima de la media de la Unión Europea (57%). Sin embargo, se observa que es menos probable que las empresas españolas hayan invertido en mitigar los riesgos climáticos (33%) y realizado auditorías climáticas (54%) en contraposición a la media comunitaria (45% y 55% respectivamente). Las empresas españolas también se encuentran en el rango alto en cuanto a preocupaciones por el coste de la energía (76%). Por último, el estudio muestra que las empresas españolas tienen más probabilidades de establecer objetivos climáticos (46%), de contar con personal dedicado al clima (23%), de planificar futuras inversiones en cambio climático (41%) e invertir en eficiencia energética (51%) que sus contrapartes europeas (41%, 23%, 41% y 47% respectivamente).