¿Ralentizará la pandemia del coronavirus la transición hacia una economía baja en carbono? Investigadores del Instituto Europeo de Economía y Medio Ambiente analizan esta cuestión en el artículo “Faster or slower decarbonization? Policymaker and stakeholder expectations on the effect of the COVID-19 pandemic on the global energy transition”, publicado en la prestigiosa revista Energy Research & Social Science.
La crisis financiera de 2008 ofreció una oportunidad de transición a un modelo económico sostenible que, según prevalece entre los expertos, en su momento no se aprovechó. Sin embargo, la pandemia originada por la Covid-19 y la consecuente reducción del ritmo general de la economía sí parece presentar una segunda oportunidad para cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París.
Aprovechar esta oportunidad implica que el descenso en las emisiones no se limite a un efecto transitorio a corto plazo, sino que se convierta en una tendencia que se mantenga a lo largo del tiempo. Por ello, los autores ponen de manifiesto la necesidad de tomar medidas en este período clave para evitar tener que llevar a cabo en un futuro políticas más radicales por un posible empeoramiento de la situación. Los paquetes gubernamentales de estímulo económico resultarán una herramienta vital para orientar la economía hacia modelos más respetuosos con el medio ambiente.
La mayoría de los encuestados en esta investigación consideran la crisis actual como una ocasión idónea para una recuperación verde, apuntando que las consecuencias económicas de la pandemia no representan un obstáculo a los compromisos adquiridos por los Estados para combatir el cambio climático. Además, los principales resultados de la encuesta muestran esperanzas generalizadas acerca del apoyo a la mitigación del cambio climático por parte de las empresas privadas y sector público. Se espera que las inversiones en infraestructuras de transporte sostenible experimenten incrementos significativos, especialmente a nivel urbano. Asimismo, el informe indica que se estima una reducción gradual de emisiones en los próximos cinco años, sin embargo, estas expectativas resultan más optimistas en países con mayores niveles de ingresos per cápita y mejor rendimiento climático en el pasado.
Los autores concluyen con una advertencia: la necesidad de implantar medidas que permitan alcanzar estas expectativas, destacando especialmente la inversión en energías renovables y las acciones gubernamentales que promuevan la producción de energías verdes. En este sentido, recomiendan que la acción se centre en la transición a un sector energético con bajas emisiones de carbono, inversiones en infraestructuras de energías limpias, inversiones en desarrollo e innovación verde, planes de eliminación gradual de carbón, inversiones en eficiencia energética y subsidios para la adopción de energías renovables.
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