El informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente examina los riesgos climáticos con consecuencias potencialmente graves para Europa y propone medidas prioritarias de acción.
El estudio “Climate Risk Assessment” identifica 36 riesgos climáticos categorizados en cinco grupos: ecosistemas, alimentación, salud, infraestructura y economía y finanzas. Más de la mitad de los principales riesgos climáticos identificados requieren medidas inmediatas de acción, y ocho de ellos son particularmente urgentes.
La agencia reguladora advierte que Europa es el continente que se calienta más rápido del mundo, con eventos extremos como sequias, precipitaciones intensas y calor extremo volviéndose cada vez más frecuentes. Estos eventos, junto con factores ambientales y sociales, plantean desafíos significativos en la seguridad alimentaria, escasez de agua, seguridad energética, estabilidad financiera y salud pública.
El cambio climático actúa como un multiplicador de riesgos, exacerbando crisis existentes y trasladando riesgos de una región a otra. El informe muestra cómo varios riesgos climáticos ya han alcanzado niveles críticos según las escalas de severidad europeas. Si no se toman medidas decisivas, la organización advierte que la mayoría de los riesgos climáticos identificados podrían alcanzar niveles catastróficos para finales de siglo.
El informe señala que la mayoría de las áreas políticas de la Unión Europea están expuestas a riesgos climáticos, y la salud pública, el medio ambiente, la agricultura y la energía se encuentran entre los sectores más directamente afectados que requieren medidas urgentes. Los investigadores insisten en que la preparación de la sociedad para enfrentar estos riesgos aún es baja y la implementación de políticas eficaces y coordinadas a nivel europeo y nacional aún se encuentra rezagada frente a la creciente amenaza climática.
En conclusión, a pesar de los notables avances realizados por la Unión Europea y sus Estados miembros para abordar los impactos del cambio climático, el informe advierte sobre la necesidad de destinar más recursos y realizar acciones coordinadas y urgentes en todos los niveles de gobernanza. Aunque muchas políticas y acciones para fortalecer la resiliencia climática de Europa son a largo plazo, también se requieren medidas urgentes. Asimismo, es fundamental adoptar un enfoque político integrado que garantice una adaptación eficaz sin entrar en conflicto con otros objetivos ambientales, sociales y económicos.