En la primera mesa, moderada por la directora de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima de CEOE –Cristina Rivero-, Cepsa, Enagás, Exolum y Repsol desgranaron las soluciones sostenibles que plantean para el sector industrial.
Unas soluciones que muestran el camino para transformar el tejido productivo, y posicionar al país en líder en hidrógeno verde, gases renovables, biocombustibles de segunda generación y soluciones de movilidad sostenible impulsando la transición energética.
Alcanzar este objetivo está sujeto a un marco normativo y una política industrial que incentive a las diferentes empresas del sector para invertir en procesos neutros en emisiones que se puedan operar a escala comercial en los próximos años.
Una nueva política industrial, como la que se está impulsando, capaz de:
- Evitar la fuga de carbono y asegurar competencia industrial con mecanismos que no frenen al libre comercio.
- Aportar las señales económicas oportunas para la movilización de los recursos e inversiones necesarias en nuevos procesos de producción y una apuesta por las energías renovables que nos permitan seguir avanzando en la sostenibilidad dando respuesta a los riesgos existentes para la competencia industrial en los mercados globales.
- Superar el modelo económico lineal que ha caracterizado nuestro desarrollo económico y avanzar en la nueva economía circular que incentive las soluciones circulares que fomentan el uso eficiente e inteligente de materias primas y la reducción de nuestros residuos reincorporándolos al ciclo productivo.
Carlos Giner, Chief Commercial Officer de Commercial & Clean Energies de Cepsa, resaltó el compromiso de la compañía con la lucha contra el cambio climático, pero también con el aprovechamiento de los recursos y el fomento del talento humano. Cepsa lanzó en 2022 su estrategia Positive Motion, que Giner definió como “nuestro camino para transformar nuestro negocio, convertirnos en líderes en hidrógeno verde, biocombustibles de segunda generación y movilidad sostenible impulsando la transición energética.”
Natalia Latorre, directora general de Transición Energética de Enagás puso de manifiesto el potencial de España para ser un hub europeo del hidrógeno e, incluso, llegar a ser la puerta de entrada de hidrógeno renovable del norte de África hacia Europa: “El proceso de Call for Interest llevado a cabo por Enagás ha permitido identificar centros de producción y consumo de hidrógeno en todas las comunidades autónomas y eso supondrá un impacto positivo para las industrias”. De acuerdo con los resultados de esta consulta “España se posiciona como gran productor de hidrógeno verde con capacidad para exportar a otros países y con un papel clave para alcanzar el objetivo europeo de consumo de 20 millones de toneladas de hidrógeno en 2030 establecido en REPowerEU”.
Rosa García, presidenta de Exolum, centró su intervención en el papel de la electrificación, los biocombustibles y el hidrógeno. Son distintas tecnologías que pueden contribuir a reducir las emisiones del sector industrial, pero cada una de ellas plantea distintos retos. Según García, la electrificación exige doblar las inversiones en redes eléctricas, los biocombustibles tienen una logística complicada y su precio todavía no está suficientemente aceptado por el cliente y el hidrógeno verde requiere una regulación más clara y una mejor tecnología: “No pueden favorecerse unas tecnologías frente a otras. Se deben aplicar las mismas oportunidades a la electricidad, el hidrógeno y los e-fuels”.
Berta Cabello, directora de Combustibles Renovables de Repsol, desgranó los objetivos de la empresa para llegar a la neutralidad a través de múltiples estrategias, como la eficiencia energética, la economía circular, la electrificación renovable y la captura, uso y almacenamiento de CO2: “la transformación de nuestros centros industriales es clave para alcanzar los objetivos de descarbonización. Nuestro compromiso es máximo y cuenta con el respaldo de las administraciones a través de la subvención de 69 proyectos de eficiencia energética, economía circular e hidrógeno, por valor de más de 183 millones de euros”.