La investigación “Assessing the climate consistency of finance: Taking stock of methodologies and their links to climate mitigation policy objectives”, publicado por la OECD, analiza las metodologías desarrolladas para evaluar la alineación de la cartera de activos de las instituciones financieras con los objetivos climáticos del Acuerdo de París.
El artículo argumenta que las dimensiones principales del análisis deben ser múltiples, desde la cobertura de clases de activos financieros, la elección de indicadores de impacto en los gases de efecto invernadero (GEI), pasando por la selección de escenarios de mitigación del cambio climático e incluyendo un enfoque para agregar la evaluación de alineación para una clase de activos determinada y a nivel de cartera. Dentro de estas cuatro dimensiones claves, los investigadores destacan que la gama de opciones metodológicas es variada y compleja, mientras que las bases de datos tienen un alcance y detalle limitado. Esta limitación impacta negativamente en la capacidad de los estudios actuales para la obtención de una visión amplia y certera de la compatibilidad de las carteras de activos con los objetivos climáticos. A su vez, impacta negativamente en la capacidad de dichos estudios de influenciar las decisiones políticas y de inversión.
Se pone también de manifiesto que la ausencia de enfoques acordados para desglosar el objetivo global de temperatura del Acuerdo de París y los escenarios de emisiones de GEI a escala reducida son una fuente de incertidumbre y variación a la hora de evaluar la alineación de los activos financieros. Además, el artículo expone que varias clases de activos grandes, como el capital privado, bienes inmuebles e infraestructura, están subrepresentadas en tales metodologías. Este es también el caso de los bonos soberanos. De hecho, los investigadores resaltan que la disponibilidad limitada de evaluaciones de alineación climática para estas categorías de activos financieros puede dar lugar a que no se capte una serie de actores económicos, actividades y activos físicos subyacentes responsables de porciones significativas de las emisiones de GEI.
Los investigadores consideran que el capital corporativo tiende a no estar alineado con el objetivo de temperatura de los Acuerdos de París. Además, las evaluaciones a nivel agregado de las carteras financieras imponen otra capa de complejidad y pueden ocultar actividades individuales que podrían no estar alineadas. Las diferentes perspectivas sobre la alineación climática se traducen en que los proveedores de metodología elijan diferentes métricas y temporalidades para medir el desempeño climático.
Para finalizar, los autores ofrecen una serie de sugerencias para una evaluación mejorada y más completa de la alineación del sector financiero. Estas incluyen: el desarrollo de diferentes metodologías complementarias, para cubrir una gama más amplia de clases de activos financieros que los que se cubren actualmente en el capital corporativo cotizado; el desarrollo de escenarios de mitigación más adaptados; una mejor comunicación de las incertidumbres por parte de todas las partes interesadas; y la necesidad de una serie de indicadores para evaluar el progreso y los impactos.