El pasado 15 de septiembre dio comienzo el III Ciclo de Economía Circular, organizado con la colaboración de Fundación Repsol. Durante esta primera sesión se presentaron tres proyectos innovadores que trabajan para la transición energética desde el medio rural.
Joan Batalla, director general de Funseam, inauguró la sesión analizando la situación del mercado energético, protagonista en los últimos meses de la agenda política: “A nivel comunitario, se están planteando diversas iniciativas para dar respuesta al momento tan complejo que vivimos, pero, como ha apuntado la Comisión Europea, la solución pasa inequívocamente, por acelerar el paso hacia la transición energética para llegar a la neutralidad climática.”
Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico fue la encargada de presentar la primera sesión del Ciclo y, en su intervención, hizo hincapié en los puntos clave para avanzar hacia una economía circular: “Es importante interiorizar la necesidad de cambiar, porque la inacción no es una opción.” Además, cree que hay que definir los instrumentos y herramientas que aceleren el cambio y eso no se puede hacer sin un correcto diagnóstico de los ámbitos de actuación a partir de un “pleno conocimiento del territorio, de sus necesidades y de las oportunidades existentes”. Gómez Palenque habló de los distintos planes de ayudas, que se actualizan constantemente y, por eso, animó a los asistentes a consultar de manera habitual las fuentes de información. Precisamente, avanzó que la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental tiene prevista una charla informativa sobre el PERTE de economía circular para el próximo mes de noviembre.
Sebastián Farré, responsable de la empresa Noguera Renovables, presentó la primera planta de valorización de residuos ganaderos para la producción de biometano. La granja Torre Santamaría, situada en Vallfogona de Balaguer (Lleida) se dedica a la producción de leche, pero también cuenta con una planta de biogás capaz de descomponer el estiércol generado por sus vacas y abastecer las necesidades de electricidad, calefacción y agua caliente de la propia granja. Farré ha destacado que, en España, la ganadería aporta 19 millones de toneladas de residuos, una cifra muy relevante, que puede llegar a poner en peligro el suelo agrícola del país. De ahí la importancia de un proyecto como el suyo, en el que se procesa el biometano para dotarlo de una pureza del 99%: “El 20% del metano es para el consumo propio de la granja y el restante 80% lo inyectamos en la red. Es un ciclo que no se agota nunca y así evitamos el impacto ambiental y la contaminación de los suelos.”
La Fundación Repsol y el grupo Sylvestris han puesto en marcha el proyecto Motor Verde, con la intención de reforestar terrenos baldíos y quemados en todo el territorio español. Mar de Andrés, directora del Área Social y Voluntariado de Fundación Repsol, explicó que es una apuesta decidida por el sector rural, ya que el proyecto “impulsa el empleo, la oportunidad para la empleabilidad a través de la formación, la permanencia en el territorio y la formación de alianzas.” No solo se contrata a personal local en cada proyecto, sino que se le da formación especializada y se generan nuevas oportunidades ligadas a la reforestación y a la cadena de valor que depende de ella. Además, se generan alianzas con las entidades sociales para generar empleo inclusivo. Mar de Andrés destacó también que se trabaja estrechamente con las administraciones locales. De momento el proyecto ya cuenta con programas específicos en Galicia, Asturias, Extremadura y Castilla La Mancha, pero se prevé trabajar en todas las Comunidades Autónomas.
La última en intervenir fue Izaskun Goristiaga, directora general comercial y de nuevos negocios de Nortegas, distribuidora de gas natural en el País Vasco, Asturias y Cantabria. La estrategia de la compañía pasa por impulsar proyectos de biometano e hidrógeno: “No solo vamos a fomentar los gases renovables, sino que también promoveremos proyectos de generación, para acelerarlos. Creemos que, en este momento, conseguir soluciones renovables que den independencia energética al país es un valor que hay que tener en cuenta.” Gorostiaga cree que es el momento del biometano, porque impulsa la sostenibilidad en el sector ganadero, en el agrícola y también en las empresas de infraestructuras: “Cumple la normativa, genera empleo, la tecnología está madura y, además, la mayor parte de este residuo está en zonas rurales. Es una solución disponible que hay que aprovechar.” En su intervención explicó el proyecto Biolvegas, en Ólvega, Soria, que está a punto de ponerse en marcha y que permitirá inyectar 35GWh anuales de biometano en la red de gas natural.
La periodista Laura Ojea, redactora especializada del periódico El Español, moderó la sesión.