El Energy Poverty Advisory Hub publica una serie de guías prácticas para gobiernos locales y profesionales que permitirán garantizar que las dimensiones sociales de la transición energética local se aborden de manera eficiente.
Más allá de una revisión al concepto de pobreza energética, sus principales causas y consecuencias, la plataforma europea ofrece la metodología necesaria para abordarla desde una perspectiva local. En particular, se identifican tres fases clave que se irán retroalimentando a lo largo del tiempo: diagnóstico, planificación e implementación.
El diagnóstico local es el punto de partida ideal y, en general, implica el perfeccionamiento de comprensión de la pobreza energética local al mismo tiempo que establece el escenario para la planificación de acciones. En esta primera fase se identifica a la población pobre energéticamente, se evalúa su grado de vulnerabilidad o se mapea a los actores de apoyo. El diagnóstico tiene como objetivo visibilizar los niveles de pobreza energética en un momento específico en el tiempo y para un área geográfica. Entre las actividades esenciales de esta fase se incluyen la recopilación de datos, selección de indicadores y métricas, análisis de datos, interpretación y mapeo de los resultados.
La segunda fase consiste en integrar el aspecto social en el Plan Local de Clima. Para ello se recomienda crear un enfoque integrado en combinación con los planes de acción climática existentes. En esta fase se establecen los objetivos orientados a la acción a corto plazo y metas estratégicas de erradicación a medio y largo plazo.
Por último, la fase de implementación representa la propia ejecución del Plan Local de Clima Social. Esta fase involucra principalmente actividades estándar de gestión de proyectos para garantizar actividades implementadas exitosas y oportunas y una presupuestación sólida, así como la organización de las partes interesadas involucradas. Adicionalmente, también implica la evaluación del impacto de las acciones para combatir la pobreza energética.
