La integración de las energías renovables en todo sistema eléctrico no se encuentra exenta de retos y dificultades. El carácter intermitente de la generación a partir de fuentes renovables exige de sistemas eléctricos lo suficientemente flexibles como para dar respuesta a la variabilidad e incertidumbre asociada con buena parte de la generación eléctrica a partir de fuentes renovables. A partir de un análisis detallado del desarrollo de la generación convencional y renovable en 26 países de la OCDE entre 1990 y 2013, el estudio publicado por el National Bureau of Economic Research (NBER) llega a la conclusión de que la integración de las energías renovables exige de inversión en otras tecnologías si realmente se desea avanzar en el proceso de descarbonización de la economía.
El estudio académico “Bridging the Gap: Do Fast Reacting Fossil Technologies Facilitate Renewable Energy Diffusion?” publicado por el NBER, realizado por prestigiosos investigadores en el campo de la economía de la energía se plantea el problema que supone la integración de las renovables sin tener en consideración la necesidad de una generación de respaldo o back-up. Sus autores, Elena Verdolini, Francesco Vona y David Popp llegan a la conclusión de que debido a los substanciales costes indirectos para la integración de las energías renovables es necesaria la inversión en otras tecnologías de generación para avanzar en el proceso de descarbonización.
En este sentido, destacan que la difusión de renovables para la generación eléctrica se está viendo dificultada porque no es plenamente competitiva, ya que existe una capacidad instalada de generación fósil que no se puede sustituir de golpe, pero sobretodo porque las principales tecnologías renovables (solar y eólica básicamente) son intermitentes, lo que dificulta su integración más aún cuando no existen opciones económicamente viables para el almacenamiento energético a gran escala. El resultado de esta intermitencia y la falta de coincidencia entre la producción punta y la demanda punta del sistema provoca una menor fiabilidad y arriesga la seguridad de suministro. Para compensar todas estas dificultades se necesita más generación disponible como back-up que la que hasta la fecha aportan las tecnologías de generación fósil. Las denominadas fast-reacting fossil technologies (ciclos combinados y cogeneración) ofrecen ciertas características que las señalan como las más adecuadas para incrementar su generación al menor coste de capital.
De la existencia de un trade-off entre penetración de renovables y seguridad de suministro por un lado, y de la necesidad de una capacidad de generación infrautilizada como back-up por otro, se concluye que una elevada penetración de renovables va a incrementar el coste del sistema por lo que los autores consideran que se está subestimando el coste de la transición energética. En concreto, el coste indirecto asociado a las renovables se estima entre 40€ y 80 USD / MWh mientras que el de las tecnologías con combustibles fósiles alrededor de los 3 USD/MWh.
El análisis, que se centra en 26 países de la OCDE, con información entre 1990 y 2013, muestra la complementariedad entre el incremento de la generación renovable y la basada en combustibles fósiles. En concreto, los autores estiman que un incremento de un 1% en FRF está asociado con un incremento de un 0,88% en la capacidad de generación renovable. En línea con estos resultados concluyen que aquellos países con una mayor capacidad de back-up disponible es más probable que invirtieran en renovables. Por tanto, afirman que las tecnologías denominadas Fast-reacting fossil technologies han ayudado en el despliegue de la generación renovable. En última instancia reclaman la necesidad de una expansión en paralelo de la generación convencional con la nueva generación renovable.