La situación energética mundial actual es el resultado de la combinación de diversas tendencias económicas, políticas, tecnológicas, sociales y ambientales, donde confluyen múltiples factores explicativos que es necesario prever dadas sus enormes implicaciones para las políticas de futuro. El presente estudio EU energy trends and macroeconomic performance pone de relieve las tendencias de la oferta y la demanda del sector energético en el ámbito de la Unión Europea (UE) tratando de identificar los factores explicativos que subyacen tras su evolución.
En los últimos años han sido muchos los cambios que se han producido en el ámbito energético. Europa no ha sido una excepción en este proceso de transformación, destacando el informe los cambios que han acaecido en lo referente al comportamiento de la demanda de energía en Europa. En este sentido, el estudio destaca la caída histórica del consumo de carbón en favor del gas dentro del mix energético de energía primaria y el crecimiento de la energía eléctrica dentro del consumo final de energía. Por otro lado, remarcar las caídas tanto en la intensidad energética y la intensidad de emisiones de la economía europea por el incremento de la eficiencia energética y el cambio hacia combustibles menos emisores. También se analiza la dependencia energética creciente que ha sufrido la UE-28 hasta 2008 y su posterior retroceso, a partir de este año, por la caída de la demanda y el incremento de renovables.
El estudio centra también el análisis en las tendencias sobre la inversión en el sector energético destacando la expansión de la capacidad de generación en los últimos 15 años, especialmente la incorporación de generación eólica y solar. Destaca también el incremento del gasto público destinado a actividades de I+D en el ámbito energético, de relevancia en el ámbito de la eficiencia energética y la promoción de las energías renovables.
A la hora de valorar los factores que explican la evolución del consumo energético que se viene reduciendo en los últimos años, el estudio destaca el efecto de la mejora tecnológica en eficiencia energética. Esta situación en parte se explica por la decisión de los proveedores de innovar para proveer equipos más eficientes.
El estudio aborda el impacto macroeconómico que se deriva del sector energético en términos de creación de valor añadido, riqueza y empleo. Además, resulta clave para el funcionamiento de la economía, del cual dependen el resto de sectores, y destaca su impacto sobre la innovación. En este sentido, el estudio estima que el peso del sector energético en Europa (2% del VAB) es menor que en otras economías avanzadas como los casos de Japón (3%), Estados Unidos (4%) o China (7%). Por último, el informe analiza la importancia de la energía para el bienestar de las familias y para ayudar a la gente a salir de la pobreza. Por otro lado, nos recuerda que la energía también tiene un impacto sobre la competitividad empresarial especialmente en los sectores electro-intensivos.
Respecto al futuro, el informe destaca que en relación a la evolución de la demanda de energía y las emisiones de CO2, las mejoras en la intensidad energética se deberán centrar en los edificios, también apunta que se conseguirán reducir las emisiones a través de la electrificación del transporte. En cualquier caso, el proceso de descarbonización va a requerir importantes inversiones que van a demandar la participación del sector energético. Otras recomendaciones recogidas en el informe se centran en el establecimiento de políticas para afrontar barreras de no mercado, políticas que faciliten la movilización de recursos privados y mantener el gasto público en I+D en el sector, entre otras propuestas. Todo ello con el objetivo de promover la transición energética hacia un modelo más sostenible.