El Council of European Energy Regulators (CEER) evalúa las distintas medidas adoptadas para hacer frente a la crisis energética, enfocado en la mejora de los mercados minoristas y reforzar la protección de los consumidores.
La crisis energética ha afectado profundamente a los consumidores, que han sufrido los efectos de los aumentos de precios en los servicios básicos. Para mitigar estas dificultades, los gobiernos han implementado medidas destinadas a proteger a los ciudadanos. En paralelo, la Comisión Europea lanzó el plan REPowerEU y promovió políticas de emergencia. Sin embargo, la confianza en el sistema energético se ha visto erosionada debido a los informes sobre ganancias inesperadas y la complejidad en la formación de los precios de la energía.
Ante este escenario, el CEER subraya la importancia de recuperar la confianza de los consumidores, actores esenciales en la transición energética, para lo cual deben contar con herramientas y conocimientos que les permitan tomar decisiones responsables. El informe identifica problemas clave derivados de la crisis energética y examina las estrategias implementadas por diversos países para superar estos desafíos.
Entre las principales recomendaciones, se destaca la necesidad de potenciar la eficiencia energética, permitiendo que los consumidores seleccionen ofertas que se ajusten a sus necesidades y capacidades financieras. Esto incluye la opción de elegir entre contratos de precio y plazo fijos, o variables y dinámicos. El CEER también sugiere incentivar la participación de los consumidores en la respuesta a la demanda mediante contratos que ofrezcan recompensas en lugar de penalizaciones.
El informe pone énfasis en la evolución del comportamiento y las expectativas del consumidor, reconociendo que existen diversos tipos de usuarios, por lo que el mercado debe ofrecer opciones de suministro adaptadas a diferentes perfiles.
Además, el estudio aboga por una mejora en la transparencia de la información proporcionada por los proveedores, especialmente en lo que respecta a las tasas de rescisión de contratos. El uso de un lenguaje claro y conciso en los contratos, como se propone en las nuevas directivas del gas, ayudaría a los consumidores a comparar ofertas y a tomar decisiones más informadas. No obstante, se advierte que la regulación no debe obstaculizar el dinamismo del mercado ni frenar la competencia, factores esenciales para la innovación.
El CEER también destaca la necesidad de abordar la pobreza energética y las vulnerabilidades de ciertos grupos de consumidores, instando a los reguladores a trabajar en colaboración con otras agencias públicas para garantizar el apoyo a las familias marginadas.
Finalmente, el informe reconoce que las condiciones económicas y sociales varían entre los países, pero las lecciones aprendidas pueden ser útiles para mejorar la protección y participación de los consumidores, tanto en tiempos de crisis como en situaciones cotidianas.