El artículo “Green hydrogen: how grey can it be?” publicado en la European University Institute, evalúa el impacto de distintas opciones regulatorias sobre los costes de suministro de hidrógeno, el bienestar total y sobre las emisiones de carbono.
Los investigadores destacan que, si bien un acoplamiento estricto de energías renovables a electrolizadores garantiza la “ecología” del hidrógeno, esta estrategia puede llevar a mayores costes de producción. En cambio, la adquisición de electricidad libremente en los mercados de energía permite a los electrolizadores beneficiarse de las señales de precios y, por ende, reducir los costes de producción. Sin embargo, la intensidad de carbono tanto en el sistema de energía como en el producto de hidrógeno resultante podría aumentar. De modo que los investigadores apuntan a la existencia de un trade-off entre la integridad ambiental y la viabilidad económica del hidrógeno.
Para profundizar en esta problemática el informe presenta un modelo de evaluación de diversas opciones regulatorias del funcionamiento de los sistemas electrolizadores teniendo en cuenta varios factores, desde el origen de la electricidad, pasando por la correlación temporal de la producción de hidrógeno y electricidad renovable, hasta su correlación espacial.
Los resultados muestran que, para el caso de Alemania en 2030, una regulación más respetuosa con el medio ambiente reduciría las emisiones de CO2 en 4,7 Mt y mientras que el mejor escenario económico se traduce en 0,9 mil millones de euros de ganancias. Por el contrario, regulaciones demasiado estrictas sobre la dimensión geográfica que solo permiten el abastecimiento de electricidad renovable generada en proximidad no crean ganancias económicas.
Por otra parte, los resultados indican que los requisitos medioambientales más estrictos dan como resultado un excedente sustancial de electricidad renovable que reporta en un impacto positivo para los consumidores y el medio ambiente. Finalmente, se alerta que las regulaciones que establecen umbrales para las intensidades de carbono permitidas para la electricidad de origen, como la reducción del 70 % en las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la producción de hidrógeno electrolítico en comparación con las opciones fósiles en la UE, no necesariamente dan lugar a reducciones de las emisiones de carbono a nivel del sistema.