Con el propósito de ayudar a las autoridades reguladoras nacionales, los operadores de sistemas de distribución y a las partes interesadas en el diseño de tarifas de distribución de electricidad, el Consejo Europeo de Reguladores Energéticos (CEER) ha publicado el informe Electricity Distribution Tariffs Supporting the Energy Transition.
Existen múltiples formas para diseñar las tarifas de acceso a las redes, todas con consecuencias específicas con respecto a, por ejemplo, cómo se asignan los costes a los usuarios de la red, cómo los usuarios de la red reaccionan a las señales de precios, o bien, cómo los usuarios perciben las tarifas justas.
Dadas las tendencias actuales de digitalización, descarbonización y descentralización junto al nuevo Reglamento de la UE 2019/943 del Paquete de Energía Limpia se hace necesario replantear el diseño de la metodología tarifaria actual para poder abordar correctamente la transición energética. Según el CEER, no existe un modelo de tarifa única para todos los Estados miembros en lo que respecta a las tarifas de distribución. Al contrario, se deben tener en cuenta las casuísticas de cada país a la hora de definir y diseñar estas tarifas. En particular, el estudio apuesta por la eficiencia asignativa, así como la no distorsión, recuperación de costes, no discriminación, transparencia, previsibilidad y simplicidad. En este contexto, el reto de los reguladores pasa por encontrar un equilibrio entre todos estos principios.
Paralelamente, el informe enfatiza en que para tener tarifas que reflejen los costes, es importante tener en cuenta la estructura de costes de las redes de distribución tanto a corto plazo (pérdidas y costes de congestión) como a largo plazo (costes de infraestructura). Otra de las recomendaciones del CEER pasa por diferenciar aún más la estructura tarifaria por ejemplo a través del tiempo (estático o dinámico), ubicación e interrumpibilidad. O bien considerar cuidadosamente si se aplica simultáneamente la adquisición de flexibilidad y tarifas dinámicas para incentivar el comportamiento del cliente beneficioso para la red.
Por último, CEER propone que las tarifas de distribución inteligente alcancen un equilibrio adecuado que permita reflejar los factores de costes de las redes de distribución y garantizar que los usuarios de la red equipados con tecnologías inteligentes puedan reaccionar a las señales económicas. En particular, para el caso de las tarifas de distribución aplicadas a los clientes con instalaciones de almacenamiento de energía indican que deben reflejar el uso de la red en términos de extracción e inyección de energía, mientras que se debe evitar cualquier doble cobro por instalaciones de almacenamiento. Para ello, el informe enfatiza la necesidad de que las autoridades reguladoras nacionales revisen las estructuras tarifarias actuales para identificar cómo se pueden mejorar, por ejemplo, a través de la creación de incentivos más fuertes para el uso eficiente de la red o teniendo en cuenta la tarificación de vehículos eléctricos.