El debate sobre cómo descarbonizar la sociedad europea está aún en plena efervescencia. En su estudio “Shaping a sustainable industry. Guidance for best practices & policy recommendations”, la Dirección General de Energía de la Comisión Europea presenta una serie de orientaciones y recomendaciones de políticas públicas para fomentar la adopción de medidas de eficiencia energética y las inversiones en energía renovable en la industria.
Dentro del sector industrial, el sector de la alimentación y bebidas, intensivo en consumo energético, debido a su diversidad en tamaño, composición y relevancia para todos los Estados miembros de la Unión Europea recibe una especial atención en el estudio. Los investigadores recuerdan que los conocimientos generados se pueden extrapolar a fin de caracterizar a la industria en su conjunto. En este sentido, se identifican múltiples barreras que dificultan la materialización de inversiones en eficiencia energética y energías renovables. Las más destacadas son el acceso insuficiente a información fiable sobre soluciones técnicas y sus costes; la falta de conciencia sobre el potencial para la reducción de la intensidad energética o el uso de energías renovables; los aspectos conductuales, como tener otras prioridades que reducen el interés de la empresa en la eficiencia energética y las energías renovables; los aspectos organizativos, principalmente la falta de tiempo para investigar los intereses potenciales y divergentes dentro de la empresa; el acceso insuficiente a la competencia (dentro o fuera de la empresa) para investigar el potencial o para apoyar la implementación del proyecto; la falta de tecnologías que estén comercialmente disponibles o adaptadas para la empresa; y las barreras económicas, de las cuales la baja disponibilidad de capital y el bajo retorno de la inversión son las principales.
Por otro lado, el informe también apunta a una serie de barreras de carácter específico para las inversiones en energía renovable. Entre ellas, las barreras regulatorias, como las relacionadas con el entorno fiscal y las barreras sociales que hacen referencia a la baja aceptación social por parte de los actores locales para algunas tecnologías renovables en general o para proyectos específicos.
Finalmente, otra de las conclusiones que evidencia el estudio es que las empresas europeas se centran en la sostenibilidad en general, y la eficiencia energética y las energías renovables son, de hecho, sólo dos de los posibles pilares de su estrategia de descarbonización. Por consiguiente, la principal recomendación que se desprende del estudio es que los responsables encargados de diseñar las políticas deben considerar un enfoque holístico, que integre todos los posibles ámbitos de descarbonización de las empresas.