Acelerar el despliegue del hidrógeno en el G7

El informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables expone el estado de la nueva economía del hidrógeno en los países del G7 y presenta una serie de recomendaciones para alcanzar los objetivos el Pacto de Acción sobre el Hidrógeno.

Los países del G7 tienen un papel clave en el desarrollo de la nueva economía hidrogeno, así lo apunta el informe Accelerating hydrogen deployment in the G7: Recommendations for the Hydrogen Action Pact en su resumen sobre el estado y las perspectivas del hidrógeno en términos de tecnología, costes, estrategia y apoyo político en las jurisdicciones miembros del G7. De hecho, el informe subraya que la demanda agregada de hidrógeno para los miembros del G7 fue de aproximadamente 24,2 millones de toneladas de hidrógeno en 2020, lo que representó casi el 28% de la demanda mundial. Asimismo, a nivel de producción de hidrógeno renovable, el informe destaca a Canadá y Estados Unidos como los miembros con el mayor potencial (70 y 100 veces, respectivamente, de su demanda esperada para 2030). En el otro extremo está Japón, que sería capaz de producir menos del 3% del hidrógeno que necesita a un coste bajo. Se estima que el resto de los miembros del G7 podrían producir de tres a cinco veces el hidrógeno renovable requerido para 2030.

En cuanto a las recomendaciones clave para avanzar hacia los objetivos del Pacto de Acción sobre el Hidrógeno del G7, el informe reclama un esfuerzo conjunto sobre normas y certificación, estableciendo criterios comunes de sostenibilidad para el hidrógeno comercializado y metodologías comunes para la certificación del hidrógeno y las normas técnicas respectivas. También aboga por un mayor compromiso en la comunicación a la sociedad civil y a las diferentes partes interesadas de la industria sobre los beneficios del hidrógeno verde. En particular, se solicita específicamente que se adopte un mensaje unificado, que se preste mayor atención a cuestiones de gobernanza y se introduzca una etiqueta ecológica internacional para los productos fabricados a base de hidrógeno.

Otra de las recomendaciones clave del informe hace referencia a la colaboración internacional, especialmente a nivel tecnológico. Y es que, según el informe, el G7 representa casi el 90% del presupuesto público de investigación y desarrollo para hidrógeno y pilas de combustible, y alrededor del 73% de las invenciones internacionales en tecnología de hidrógeno. De modo que se dispone de un valioso conocimiento de estas tecnologías de las que se beneficiarían otros países y, por consiguiente, podrían conducir a una aceleración de la descarbonización global.  Por último, la investigación pone de manifiesto la necesidad de que los países del G7 apuesten por equilibrar el enfoque entre la oferta de generación de hidrógeno con su demanda, priorizando usos finales específicos y la creación de una demanda masiva de hidrógeno en las aplicaciones críticas más difíciles de descarbonizar.

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