El artículo publicado en la revista “Energy Research & Social Science” estudia la aceptabilidad social como factor clave para respaldar la economía del hidrógeno en los esfuerzos globales para la descarbonización.
Las tecnologías de energía de hidrógeno juegan un papel crucial en la senda de descarbonización global. Prueba de ello es el aumento significativo de las estrategias nacionales de energía de hidrógeno en los últimos años. Aunque establecer la viabilidad tecno-económica de los sistemas de energía del hidrógeno es esencial, los investigadores subrayan que también se requiere su aceptación social para respaldar el potencial de estas tecnologías.
Hasta ahora, sin embargo, los factores sociales no se han integrado completamente en las políticas establecidas. De modo que los autores destacan que asegurar la aceptación social es especialmente crítico en un contexto de desarrollo del hidrógeno doméstico, donde se pretende la sustitución de calderas y cocinas de gas natural por dispositivos de hidrógeno con bajas emisiones de carbono.
Esta investigación avanza hacia la comprensión teórica y empírica de la aceptación del hidrógeno en los hogares con el objetivo de identificar los factores que predicen mejor el apoyo a la adopción de tecnologías de hidrógeno. Para ello, se utilizan modelos para determinar cómo influyen los procesos cognitivos, el capital social, la actitud ambiental, la percepción de riesgo, la evaluación de costes y beneficios y la respuesta emocional a la introducción del hidrógeno en los hogares.
En relación con la dimensión cognitiva, este estudio destaca que la conciencia y el conocimiento subjetivo del hidrógeno siguen siendo bajos. Asimismo, y en cuanto al capital social, se desprende que la confianza en los medios es baja, lo que indica una percepción creciente de que algunas áreas del periodismo están cada vez más arraigadas en la perpetuación de un ciclo de desconfianza y desinformación. Respecto a la confianza en las instituciones financieras, a pesar de que pueden desempeñar un papel clave para garantizar una economía baja en carbono, los resultados indican ciertas dudas sobre sus capacidades y compromisos para dirigir la transición al hidrógeno. En cuanto a la respuesta afectiva, el hidrógeno doméstico puede provocar una sensación de esperanza y confianza entre partes del público, que supera los sentimientos alternativos de miedo, preocupación y pesimismo. De modo que puede darse el caso de que el factor de miedo históricamente asociado con el hidrógeno esté disminuyendo con el tiempo.
Así, los resultados subrayan la importancia de las percepciones de riesgo, la dinámica de confianza y las emociones en la formación de las actitudes de los consumidores. En particular, insisten en que la viabilidad de implementar hogares de hidrógeno a gran escala puede depender de la combinación de la producción de hidrógeno de origen renovable con los beneficios ambientales y socioeconómicos locales. Por lo tanto, las políticas deben incorporar los factores sociales en la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles a gran escala para respaldar vías de transición socialmente aceptables.