El aumento de las energías renovables en el mix energético está teniendo un impacto en el consumo de combustibles fósiles, especialmente, en el gas natural. El reciente estudio Decarbonization and industrial demand for gas in Europe desarrollado por el grupo de investigación de Oxford Institute for Energy Studies evalúa cómo las políticas de descarbonización acabarán impactando en la demanda futura de gas natural, dónde y cuándo.
La visión general sobre el sector industrial es que la demanda de gas disminuirá considerablemente entre 2015 y 2050. Tal y como apuntan los autores del informe, uno de los principales problemas de estas proyecciones es la simulación del comportamiento del sector de modo agregado de manera que se ignora la diversidad sectorial y, como resultado de ello, las capacidades o las restricciones para reemplazar el combustible fósil y reducir las emisiones.
El sector industrial se caracteriza por una elevada heterogeneidad, ya que está compuesto por diferentes subsectores con intensidades energéticas distintas, desde altamente intensivos en energía (hierro, acero, sector químico) hasta menos intensivos (alimentación y bebidas). La diversidad de industrias hace más complejo el proceso de descarbonización y da lugar a definir estrategias focalizadas entre subsectores. Los resultados indican que no existe una solución simple por lo que debe implementarse una combinación de opciones de descarbonización adaptada a las circunstancias locales.
Los combustibles fósiles pueden ser desplazados más fácilmente por las energías renovables tradicionales y las bombas de calor para aplicaciones de baja temperatura. Debido a que estas tecnologías ya están disponibles en el mercado, sería posible que esta demanda de gas desapareciera con bastante rapidez si el gas fuera realmente reemplazado por bombas de calor y, en menor medida, por energía solar, térmica y geotérmica. Sin embargo, la baja penetración de las bombas de calor en la Unión Europea hace que sea necesario contar con el apoyo público adecuado en los próximos años. Por el contrario, los procesos de calor a alta temperatura son más complicados de descarbonizar, ya que no todas las tecnologías y combustibles son capaces de alcanzar altas temperaturas. Reemplazar los combustibles fósiles requerirá el desarrollo de tecnologías innovadoras con soluciones que actualmente no son técnicamente maduras ni competitivas en costes.
Finalmente, cabe destacar que para logar un sector industrial europeo descarbonizado en 2050, las innovaciones tendrán que ocurrir en un horizonte temporal próximo. Varios proyectos se están desarrollando actualmente en toda Europa, pero aún es difícil obtener una clara respuesta de lo que sucederá, en qué escala y cuándo. Por ello, los resultados indican que es de vital importancia llevar a cabo una monitorización del despliegue (o retraso) de la implementación de las bombas de calor y otras fuentes de energía renovable para el uso de bajas temperaturas ya que permitirá obtener las primeras señales de cómo de rápido o lento disminuirá la demanda de gas industrial.