Pocas semanas antes de que se celebrara el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, el centro de investigación UK Energy Research Centre (UKERC) publicó un análisis de los potenciales efectos que podía tener para el Reino Unido, en términos energéticos, su salida de la Unión Europea. A pesar de que los autores abogan por que la relación con Europa debe seguir siendo fluida en materia energética, el nuevo escenario que surge tras el resultado del referéndum afectará especialmente a las inversiones y a la seguridad de suministro.
La política energética, tanto a nivel británico como europeo, está experimentando profundos y rápidos cambios en respuesta a los nuevos retos energéticos, aspiraciones sociales relacionadas con el medio ambiente o el propio desarrollo tecnológico. El caso del Reino Unido no se encuentra exento de estos cambios, habiéndose producido un profundo proceso de transformación de sus respectivos sistemas energéticos en los últimos años, presentando el resultado del referéndum interrogantes adicionales sobre cómo puede acabar condicionando su política energética. En este sentido, este primer análisis sobre las posibles implicaciones pone de manifiesto que la salida de la UE del Reino Unido creará especial incertidumbre en su sector energético.
Según sus estimaciones el sobrecoste causado por esta incertidumbre podría elevarse a los 500 millones de libras. De forma más concreta, los efectos más destacables podrían ser un incremento del coste de inversión en los proyectos energéticos, una reducción del market coupling que puede derivar en precios más elevados, disminución en la inversión en interconexiones en el largo plazo y una seria amenaza para la seguridad de suministro de gas en el largo plazo.
Por otro lado, aspectos como la descarbonización, la reducción de la demanda, la integración de las renovables, la seguridad de suministro y las nuevas tecnologías son aspectos de los que el Reino Unido tendrá que preocuparse en el medio y largo plazo. En lo concerniente a la política climática asociada al sector energético no se esperarían grandes cambios a pesar de salir de la UE puesto que el Reino Unido siempre ha demostrado ser uno de los líderes europeos en este ámbito.
Desde la perspectiva del gas, dado que más del 70% de las importaciones provienen de Europa o de Noruega, la salida de la Unión Europea puede acabar teniendo implicaciones. Quizás el aspecto más delicado en este sentido sería cómo gestionar la salida del régimen de comercio de derechos de emisiones (EU ETS), que podría prolongarse en el tiempo. Incluso sería lógico pensar que una vez fuera de la UE se mantuviera dentro del mecanismo.